Vaya por delante mi agradecimiento por tantas y tantas muestras de cariño y apoyo que me habéis mostrado. Siempre he creído que el mundo de las minis y sus adeptos sois unas personas grandes y de muy buenos sentimientos. Me he sentido arropada con vuestras palabras, aunque no las hubiera, porque no las hay, no las encuentro, de consuelo.
Ha llegado otra Navidad. Nunca me han gustado, lo siento.
Sólo me gustan los días de regalos, y no porque yo reciba alguno, que también,
si no por la cara de las personas y personitas que ves cuando eres tú quien regalas,
¡qué bonito es regalar y qué poco cuesta hacer feliz a alguien!
Esta Navidad será especialmente triste, por lo que vosotros ya sabéis, pero así y todo nos vamos a juntar y celebrar la vida de los que estamos y dar gracias por la vida que tuvimos con los que ya nos dejaron.
Además, se que mi dolor y tristeza no puede ocultar que hay muchas otras personas alegres, deseosas de celebrar la navidad. Muchos niños y niñas deseando recibir a Papa Noel o a los Reyes Magos, o a los dos, que a exagerados no nos gana nadie.
Tampoco me quiero olvidar que seguramente haya personas que lo estén pasando mucho peor.
No me enrollo más.
Pues eso, que es Navidad.
Un millón de besos a la gente de buena voluntad.