- ¡Abuela! ¿dónde estás?
- ¡Estoy en el desván, Nenu! ¡Sube!
- ¡Ya voy!
-¿Qué haces, Abuela?
- Preparando cosas para Chuche. Ropa de cuando eras pequeño, y juguetes que ya no utilizas.
- ¿Puedo ayudarte, Abuela?
-¡Claro que si!
- ¿Eso me valía a mi?
- Si, Nenu, jejeje, y hubo un día en que te quedaba grande.
- ¿Y le valdrá a Chuche?
- Yo creo que si, y si no, esperaremos a que crezca un poco.
- ¡Vale!... Toma, Abuela, no te olvides de este osito, ni del cocodrilo, ni del juego de bolas... ¡Cuántos juguetes!
- Muchos, si... Tú ya eres grande y no los usas. Le daremos a Chuche unos cuantos, y otros se los daremos a niños que no tengan ninguno, ¿te parece bien?
- ¡Muy bien, Abuela!...
- Bueno, yo creo que ya hemos preparado todo...
-Abuela, ¿puedo preparar yo unos regalos para Chuche?
- Claro que sí, Nenu, yo te ayudo.
- ¡Vale! Necesito esa caja, ¿puedo usarla?
- Mira a ver si tiene algo adentro. Si está vacía, para ti...
- ¡Perfecto!... A ver... yo quiero regalar a Chuche...: esta mantita, para nunca pase frío; este libro, para que siempre tenga historias maravillosas para leer...
- Buena elección, Nenu.
- ¡Gracias, Abuela!... A ver qué más...: la flor roja que sale todos los años en el jardín; el frasco mágico de "Lágrimas de la vida"; la fantástica caja de "Sueños y esperanzas"; el "Libro que todo lo sabe" y el de "Cosas por aprender"...
- Va a quedarte un regalo estupendo, ¡le va a encantar!
- También quiero meter: un abrazo consolador, para cuando esté triste; unas risas, para cuando esté contento; todas estas canciones, para que le acompañen en cada momento; rayitos de sol y noches de luna y estrellas, para que siempre tenga compañía; el álbum de los olores: el olor del mar, de la hierba recién cortada, de la flor del limonero y del naranjo... y de tantos y tantos olores que él quiera coleccionar...
- ¿Alguna cosa más?
- Pues seguro qué si, pero de momento no se me ocurre. ¿Le gustará?
- Estoy segura de ello.
- ¡Qué bien! Pues vamos a dárselo, Abuela.
- ¡Vamos, Nenu!
----
Ojalá fuera posible regalar olores, porque yo creo que es la única cosa que te acerca miles de recuerdos sólo con que uno de ellos te llegue siquiera a rozar.
¿Estáis de acuerdo?