Nenu y Abuela. Lágrimas de San Lorenzo.

Nenu es un niño. Uno en especial y ninguno en particular.

Rubio, moreno, pelirrojo... De ojos azules, negros, marrones... Alto, bajo, delgado, gordito...

Un niño.

Abuela es... una abuela. Una en especial y ninguna en particular.

Viven en el lugar donde queráis cada uno al leer las historias.

Su casa es como queráis que sea: grande, pequeña, con jardín, un ático, en el campo, en la ciudad...

Sus historias tienen un poco de realidad y un mucho de fantasía.

Espero que os gusten.

Para mi son como una terapia y una manera de ir "colocando" las cosas en su sitio.

En Julio ya puse la primera entrega: Felicidades, mi niño

Hoy toca ésta:
Lágrimas de San Lorenzo

- Mira, Abuela, ¡cuántas estrellas!

-Ya veo, Nenu ¿quieres salir al jardín a verlas?

-Valeeee, Abuela.

-Vamos a ponernos una chaqueta, que aunque sea verano, hace fresco por la noche. Ven, aquí, al columpio, desde aquí las vemos bien.

-¡Siiiiii! Mira Abuela ¡qué bonitas!¡Y qué arriba están!

-¿Quieres que subamos a dar un paseo con ellas?

-¿Podemos, Abuela?

-Si, Nenu.Ya te he dicho que podemos hacer cualquier cosa.

-¡Valeeeee, vamos!

-Nos subimos a esta estrella, la estrella Polar, que es la que siempre indica el camino.

-Valeeeeee...

-Mira que bonita se ve desde aquí arriba nuestra casa...

-¡Muy bonita! pero ¿sabes, Abuela? prefiero estar abajo, y ver las estrellas desde el columpio

-Bien, Nenu, pues vamos a bajar.

-Ha sido un bonito viaje, pero es demasiado lejos...

-Siempre podremos viajar a las estrellas, es cuestión de cerrar los ojos y dejar volar la imaginación.

-Mira, Abuela ¿esas estrellas se están cayendo?

-No, Nenu. Son estrellas fugaces, parece que se caen pero no, es que van muy deprisa.

-¡Qué chulas!

-Las llaman "lágrimas de san Lorenzo"

-¿Por qué?

-No se bien. Será que hoy es san Lorenzo, y como son muchas y van como para abajo, semejan lágrimas.

-Pero las lágrimas son tristes.

-No siempre, Nenu. A veces son de alegría. Éstas deben serlo, porque ¿cómo puede uno estar triste contemplando esta hermosura?

-Tienes razón, Abuela. Nadie puede estar triste, por lo menos en este ratito.

-Ven aquí que te achuche un poco y vamos a seguir mirando las estrellas.

-¡Valeeeeeee, Abuela!

Como terapia adicional, una de las canciones que con cada cuento, o con alguno, acompañaran las historias.